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Enciende el aire acondicionado. Si tienes aire acondicionado, mantén a tu gato dentro de casa para asegurarte de que permanezca fresco. Muchas de las cosas que haces para mantener la casa fresca para ti mismo, como mantener las persianas, cortinas y puertas cerradas, también benefician a tu gato.[2]

  • Asegúrate de que tu gato pueda acceder a una habitación más cálida en caso de que sienta frío. En ocasiones, el aire acondicionado y los ventiladores enfrían demasiado ciertos objetos y esto podría irritar a tu mascota luego de un tiempo.
  • Incluso si tu gato prefiere pasar tiempo fuera de casa, se recomienda que lo mantengas dentro en el periodo del día en que hace más calor durante el verano, que sería entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
  • Utiliza ventiladores para mejorar el flujo de aire dentro de tu casa. Si no tienes aire acondicionado, puedes utilizar ventiladores y abrir las ventanas para refrescar tu casa y a tu gato. Coloca ventiladores frente a las ventanas abiertas para lograr que el aire se desplace por la casa y la enfríe. Asegúrate de que no haya riesgo de accidentes si alguna mascota estuviera cerca de los ventiladores. Para ello, solo debes verificar que la cubierta de las aspas sea segura.
  • Coloca un ventilador o más a nivel del piso en una esquina de la habitación, de modo que dirija el aire hacia el centro. De esta manera, el gato puede echarse a cierta distancia y permanecer cómodo mientras el viento sopla en su pelaje. El movimiento de pelaje que genera el aire ayudará a que se refresque, ya que tiene un efecto similar que el sudor.
  • Asegúrate de que tu gato tenga acceso a la sombra. Toma precauciones razonables, como asegurarte de que el gato pueda colocarse bajo la sombra cuando está fuera de la casa y que no tenga que permanecer bajo el sol. Podría ser la sombra de un árbol o arbusto o una sombrilla de jardín. Por otro lado, si tu gato está dentro de la casa, asegúrate de que no esté confinado a una habitación demasiado iluminada por el sol, sino que pueda permanecer fuera de la luz.
  • Refresca a tu gato con pañitos húmedos. A la mayoría de gatos le desagrada mojarse, pero puedes ayudar al tuyo a refrescarse un poco con pañitos o toallitas húmedas. Simplemente debes humedecer un trapo con agua fresca y utilizarlo para acariciar al gato en la cabeza y el lomo.
  • Crea un lugar fresco donde pueda refugiarse. Para ayudar a tu gato a refrescarse, puedes crear un espacio fresco y oscuro que le sirva como refugio cuando hace demasiado calor. Simplemente coloca una caja de cartón sobre uno de sus lados y ubícala en un lugar calmado, donde no interrumpa el paso, como en un armario, detrás de una silla o cerca de un espacio fresco de la casa. Cubre el interior con una toalla de felpa u otro tipo de tela de algodón que sea fresca. Inserta una compresa de hielo dentro de una media y colócala en el refugio, debajo de la toalla, para incrementar la sensación de frescura.
  • Si un gato sufre un golpe de calor, las almohadillas de sus patas también estarán calientes al tacto. Si sospechas que esto es lo que le sucede a tu gato, colócalo sobre una superficie fresca de inmediato, como un piso de baldosas. Luego, enciende un ventilador y colócalo de modo que dirija el aire hacia él a fin de disipar un poco de calor

 

 

 

 

  • Mantente atento a cualquier señal de un golpe de calor. Estas incluyen el jadeo excesivo y la respiración acelerada, letargo, orejas de color rosado brillante, confusión, debilidad y falta de capacidad para estar de pie, agitación, temblores e incluso convulsiones.
  • Refresca a tu gato con paños húmedos fríos y proporciónale agua. Si parece sufrir un golpe de calor, coloca paños húmedos en sus patas y dale un poco de agua para beber de inmediato. Si está demasiado débil para beber el agua, intenta mojar sus encías con ayuda de un trapo mojado.
  • Evita darle agua helada o muy fría, ya que la diferencia de temperaturas, entre el calor extremo y el frío extremo, también puede hacer que entre en una especie de estado de choque.

 

 

 

 

 

  • Comunícate con el veterinario para pedir consejos. Quizá sea necesario que lleves al gato a la veterinaria para que le den tratamiento por el golpe de calor. Un veterinario puede proporcionarle fluidos por vía intravenosa para bajar su temperatura y mantener el bombeo de sangre a los órganos. Conforme su temperatura se eleva, su sangre se vuelve más espesa y la circulación a los órganos vitales puede verse afectada.
  • Comunícate con el veterinario de inmediato si sospechas que tu gato sufre un golpe de calor.

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